ENTREVISTAS Dr. Jesús Millán

NOTICIAS

ENTREVISTAS


"El gran reto de la Dislipemia Aterogéncia es detectarla, para poder tratarla"

FECHA DE PUBLICACIÓN: 24/05/2021

Con motivo del Día de la Dislipemia Aterogénica (DA) 2021, entrevistamos al Dr. Jesús Millán, Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y coordinador del Grupo de DA de la SEA.

¿Qué es la Dislipemia Aterogénica? ¿En qué consiste esta enfermedad?

Jesús Millán: Se trata de un trastorno del metabolismo lipídico que está caracterizado por el aumento de triglicéridos en sangre y el descenso de la cifra del colesterol HDL que se sabe que, en general, es un elemento cardiovascular protector. Junto a ello, incluye otras alteraciones de las partículas de LDL pequeñas y densas, que son especialmente aterogénicas porque atraviesan muy bien hacia la pared arterial.


La particularidad es que no estamos hablando de una dislipemia dependiente de LDL, sino dependiente de otros factores lipídicos que no son LDL.

La dislipemia aterogénica suele ser difícil de diagnosticar y, de hecho, está infradiagnosticada. ¿Por qué?

J.M: Normalmente, nuestros esfuerzos van encaminados a tratar las cifras elevadas de colesterol y, muy particularmente, de colesterol LDL, unido a las lipoproteínas de baja densidad. Y con buen criterio, porque sabemos que es el factor de riesgo cardiovascular fundamental. Pero si solo nos fijamos en la dislipemia LDL-dependiente, se quedan otros trastornos por resolver, como la Dislipemia Aterogénica. Por eso es una enfermedad infradiagnosticada y, por tanto, infratratada e infracontrolada. Muchas veces, queda oculta, o no la consideramos, pasa desapercibida. Por tanto, el gran reto es que aparezca, que se diagnostique y que pueda ser tratada.


Porque de lo contrario, ¿se pone en riesgo la vida del paciente?

J.M: La Dislipemia Aterogénica sabemos que constituye un riesgo residual de origen lipídico para los pacientes tratados, aún en las mejores condiciones, con estatinas o con otros fármacos hipolipemiantes. Supone un incremento del riesgo cardiovascular que es inasumible porque es muy considerable en cuanto al porcentaje de personas a las que afecta. Y lo que es más importante: es tratable desde el punto de vista de la intervención, tanto en el estilo de vida como en cuanto a fármacos.

 “La DA puede afectar a 3 millones de españoles, que, sin saberlo, tienen un elevado riesgo cardiovascular”

¿Cuáles son las cifras de incidencia de esta enfermedad en España?

J.M: En España, puede estar afectada entre un 5 y un 10% de la población general. Por lo cual, no es descabellado pensar que unos 3 millones de españoles puedan padecer este trastorno. Pero también depende mucho de las poblaciones en las cuales se estudie. En los pacientes que acuden a consultas de Atención Primaria, las cifras se elevan hasta el 30%. Y entre los pacientes que acuden a las consultas especializadas de lípidos en los hospitales, puede llegar al 40%. Y ya no digamos en otras poblaciones especiales como son los obesos, los diabéticos, y los pacientes con síndrome metabólico, de los cuales, la mitad pueden padecer una elevación de los triglicéridos, y la tercera parte pueden tener un descenso de HDL. Por lo tanto, es una enfermedad muy prevalente. La DA es un proceso que está extendido y que merece todos los esfuerzos posibles por el incremento del riesgo cardiovascular que trae asociado.

 “La DA afecta con mayor intensidad a personas obesas, diabéticas o con síndrome metabólico, enfermedades que son una auténtica pandemia de riesgo cardiovascular”

¿Estas cifras, con una prevalencia importante, van en aumento o en descenso? ¿Cuál es la evolución de la enfermedad en los últimos años?

J.M: No tenemos noticias buenas, porque es una enfermedad que está muy frecuentemente asociada de forma secundaria a trastornos metabólicos con alto o muy alto riesgo cardiovascular, como la diabetes, la obesidad o el síndrome metabólico. Y como es bien conocido, estas enfermedades son auténticamente una pandemia de riesgo cardiovascular. Al ir en aumento estos procesos de riesgo cardiovascular asociado a trastornos metabólicos, la DA cada vez es más frecuente. Y, sin embargo, no siempre se diagnostica ni salta a la vista porque, curiosamente, estas alteraciones cardiometabólicas no cursan con aumentos llamativos de LDL.

 “La mejor prevención es el estilo de vida saludable y el control del peso”

¿Qué podemos hacer los ciudadanos para evitar desarrollar esta enfermedad?

J.M: Dejando al margen trastornos genéticos que puedan ocasionar la DA, indudablemente, la mejor prevención es el estilo de vida saludable, el control del peso y modificar hábitos de alimentación para incorporar la dieta mediterránea, con mayor presencia de productos frescos y naturales, y menos procesados y ultraprocesados. Limitar el consumo de alcohol, eliminar el tabaco e incorporar rutinas de ejercicio físico moderado en el día a día. Pero, con frecuencia, eso es insuficiente, y necesitamos una terapia combinada de fármacos que actúen directamente sobre los trastornos lipídicos propios de la DA, para disminuir las cifras de triglicéridos y aumentar las de HDL, y controlar el colesterol LDL.


¿Existen estudios o investigaciones recientes sobre la DA que estén aportando una nueva perspectiva o un nuevo enfoque?

J.M: Cada vez tenemos más confirmado que, en realidad, son las lipoproteínas ricas en triglicéridos, básicamente las VLDL y los remanentes, la causa del riesgo cardiovascular asociado a la DA. Y sabemos que la cifra de triglicéridos nos sirve como un marcador excelente para hacer el diagnóstico, a través de un análisis de sangre, incluso no en ayunas. Por tanto, el foco se pone, más que en los triglicéridos en sí, en las lipoproteínas ricas en triglicéridos y los remanentes.


También ha habido, en los últimos años, estudios de intervención farmacológica en los que se demuestra que la terapia combinada con fármacos para el tratamiento de la DA provoca una reducción de la mortalidad cardiovascular e incluso una mejoría angiográfica.


Otra gran línea de aproximación a un tratamiento óptimo está en nuevas moléculas, nuevos fibratos moduladores selectivos que pueden provocar un efecto superior a lo que ya disponemos en la clínica de manera rutinaria.


Cada vez conocemos más acerca de las consecuencias que puede tener para un paciente padecer DA como, por ejemplo, ahora también se asocia con la hipertensión o con hígado graso no alcohólico, que cada vez se considera un mayor riesgo cardiovascular.  


Desde la SEA, ¿qué se está haciendo para ayudar en el conocimiento de la DA y favorecer su diagnóstico y tratamiento?

J.M: Empezamos casi hace 20 años a investigar sobre DA. Tenemos dentro de la sociedad un grupo constituido, que es el Grupo de Dislipemia Aterogénica, con un comité científico y al que pertenecen más de 150 miembros de la SEA. Ese grupo celebra a lo largo del año distintas actividades con el objetivo fundamental de actuar en términos de asesoría cuando se nos pregunta, en términos de difusión de nuestros conocimientos o de información para los profesionales de investigación. Entre ellas, se encuentra la celebración anual del Día de la Dislipemia Aterogénica, que este año celebramos en Madrid, el 27 de mayo. En este foro compartimos conocimientos entre expertos, para actualizarnos y ponernos al día sobre todas las novedades científicas sobre DA.


Como grupo, también desarrollamos trabajos de investigación e intentamos elevar a la comunidad científica documentos que puedan ser útiles en cuanto al manejo de la DA: hemos participado en un consenso español y también en un consenso europeo.


Y, finalmente, hacemos planes formativos: preparación de material didáctico y ejecución de programas formativos para los especialistas, tanto hospitalarios como de Atención Primaria.

Share by: