Dr. Pedro Armario,
director de Docencia y del Área de Atención Integrada de Riesgo Vascular del Complejo Hospitalario Universitario Moisès Broggi, profesor agregado de Medicina de la Universidad de Barcelona y Coordinador del Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Vascular (CEIPV)
Dr. Pedro Armario
“La presión arterial óptima es de menos de 120 mm Hg de máxima y que no llegue a 80 de mínima”
Hoy,
17 de mayo, se celebra el
Día Mundial de la Hipertensión Arterial y hablamos de esta enfermedad o factor de riesgo vascular con uno de los grandes expertos españoles, el
Dr. Pedro Armario. Una de las claves para controlar la hipertensión arterial es la medición precisa y periódica de la misma, con aparatos validados y fiables, para hacer un adecuado diagnóstico y tomar las mejores decisiones terapéuticas. Una vez confirmado el diagnóstico de hipertensión arterial, se ha de iniciar el tratamiento con los fármacos adecuados prescritos con agilidad, sin dejar pasar el tiempo por inercia terapéutica. Todo ello, junto a un estilo de vida saludable y la disminución de la ingesta de sal, especialmente mediante la reducción de alimentos ultraprocesados, debería permitir pasar del 40% actual de enfermos hipertensos tratados y controlados al 90% ideal.
¿Cómo podemos definir de manera clara y simple qué es la hipertensión?
P.A.
Para entender cómo funciona el mecanismo de la hipertensión arterial, podríamos utilizar la metáfora de una puerta que intentamos abrir mientras alguien, del otro lado de la puerta, está haciendo fuerza para que no podamos girar la maneta. Esta situación nos obligará a hacer mucha más fuerza para vencer la resistencia con la que nos encontramos. La hipertensión arterial supone un mecanismo similar en las válvulas del sistema circulatorio: la enfermedad ofrece resistencia para la apertura de dichas válvulas, con lo cual, el corazón tiene que trabajar mucho más para conseguir ejercer la fuerza suficiente para que la sangre en circulación logre abrirlas y pueda llegar así a los distintos órganos. Es decir, el organismo está sufriendo para mantener su funcionamiento.
¿Cuándo consideramos que un paciente padece hipertensión?
P.A.
Cuando presenta unos valores de más de 140 mm Hg en la presión arterial sistólica (la máxima) y a partir de 90 mm Hg en la presión arterial diastólica (la mínima). Pero la presión óptima, la que nos gustaría que tuviera todo el mundo espontáneamente, es una presión arterial menorde 120 mm Hg de máxima y que no llegue a 80 mm Hg de mínima. Porque con estos valores es como el organismo trabaja con mayor comodidad y sin sufrimiento.
¿Qué podemos hacer para mantenerla controlada en estos niveles, sin introducir medicación?
P.A.
Mantener un peso normal para prevenir la obesidad, que no solo conlleva un aumento de la presión arterial, sino que también tiene efectos negativos sobre la glucemia y los lípidos. En segundo lugar, controlar la ingesta de sal. De hecho, consumimos normalmente una cantidad de sal demasiado elevada y para bajarla deberíamos empezar por reducir al máximo el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, que concentran el 70% de la sal que introducimos en el organismo. Aunque cocinemos sin sal, en realidad solo estamos controlando el 30% de nuestra ingesta. Por otro lado, también hay que reducir el alcohol y hacer actividad física. Y, muy importante, realizar una determinación periódica de la presión arterial. Si tenemos unos niveles de presión adecuados, quizás basta con controlarla una vez al año, pero si tendemos a tenerla alta, lo hemos de hacer más a menudo.
¿Lo podemos hacer en casa, con los aparatos que fácilmente podemos encontrar a la venta?
P.A.
Sí, pero cuidado, porque hemos detectado que, en todo el mundo, no solo en España, nunca se ha hecho una formación reglada específica para realizar la medida de la presión arterial. Y no se puede hacer de cualquier manera ni en cualquier sitio. Los aparatos tienen que estar validados y se han de seguir las recomendaciones para una adecuada medida de la presión arterial, como está recogido en el documento
Estándares 2024 de la SEA: no es lo mismo una presión normal que una ligeramente alta (máxima de 130-139 mm Hg o mínima de 85-89 mm Hg o una hipertensión arterial establecida de grado 1 (entre 140 y 159 de máxima, y entre 90 y 99 de mínima), porque la actuación a poner en marcha es totalmente diferente. Por eso, ahora con los estudiantes de 4º curso de Cardiología de la Universidad de Barcelona realizamos sistemáticamente seminarios para que conozcan la relevancia de la medida muy precisa de la presión arterial.
Recientemente, ¿ha habido algún cambio destacable respecto a la incidencia de la hipertensión?
P.A.
Es importante medir y detectar casos de hipertensión en pacientes jóvenes, menores de 30-35 años, sobretodo si los padres son hipertensos. En estos casos, en general con hipertensión arterial ligera o grado 1, noto un cambio importante respecto a la dieta, entre cómo estaban cuando vivían con los padres, y cómo les aumenta la presión arterial cuando se independizan. Y esto va estrechamente ligado al consumo de ultraprocesados: mientras están en la casa familiar, los padres les cocinan bien pero después, al vivir por su cuenta, doblan o triplican el consumo de ultraprocesados y comidas preparadas, y la cantidad de sal que introducen en el organismo se dispara... Incluso los dulces tienen sal aunque no la notemos, porque la industria de la alimentación introduce sal en todos los productos por su valor conservante.
Usted es el responsable del capítulo sobre la hipertensión de los nuevos Estándares 2024 de la SEA. ¿Qué es lo más destacable de este apartado?
P.A. Hemos introducido los cambios que ha aportado la nueva Guía 2023 de la Sociedad Europea de Hipertensión, que es un amplio documento de 199 páginas. En los nuevos Estándares de la SEA hemos hecho una síntesis de los elementos clave: en primer lugar, insistir en la relevancia de realizar una medición precisa y sistemática para poder hacer un buen diagnóstico de la enfermedad.
Después, hemos ratificado los niveles de medición europeos, que son distintos de los americanos. En Europa, entre 140 y 159 de máxima, y entre 90 y 99 de mínima, consideramos que es un grado 1 de hipertensión arterial, en la que podemos incidir, durante unos tres meses, a través de un cambio de estilo de vida del paciente y observar si es o no suficiente. A partir de 160 de máxima y 100 de mínima, estamos en grado 2, y con más de 180 de máxima y 110 de mínima, en grado 3. En estos casos, hemos de empezar simultáneamente con cambios de estilo de vida y con medicación porque sería peligroso esperar. Los americanos definen la hipertensión arterial a partir de 130 de máxima u 80 de mínima, y después consideran grado 2 a partir de 140 de máxima y 90 de mínima, sin grado 3. Por un lado, aunque el riesgo vascular asociado a la elevación de la presión arterial se inicia con valores iguales o superiores a 120/80mm Hg, en Europa consideramos que el diagnóstico se establece con cifras iguales o superiores a 140/90 mm Hg, para no etiquetar a una parte muy importante de la población con el diagnóstico de hipertensión arterial y lo que ello conlleva.
También destacamos la relevancia de que algunos pacientes presentan reducción importante (mayor de 20 mm Hg de presión arterial sistólica o máxima) en posición ortostática, por lo que aconsejamos en la evaluación inicial la medida de presión arterial en decúbito y de nuevo tras 1-3 minutos en posición ortostática (de pie), especialmente en sujetos ancianos, o en pacientes con enfermedad neurológica o diabetes mellitus avanzada.
Todo esto por lo que respecta a la medición de la presión arterial. Y en cuanto a tratamientos, ¿hay novedades introducidas en los Estándares 2024?
P.A.
En España y Europa estamos en un control del 40% de la hipertensión arterial. Disponemos de tres buenos grupos de fármacos antihipertensivos de primera línea, que se pueden tomar en una sola pastilla, con distintas comercializaciones y a un precio reducido, y con eso y los cambios favorables en el estilo de vida, tendríamos que ser capaces de llegar a un 90% de control. Pero tenemos serios problemas, por un lado con la adherencia a los tratamientos, como pasa con otras enfermedades crónicas. Por eso, recomendamos la prescripción de los tres principios activos en una sola píldora. Por otro lado, también es relevante la inercia terapéutica, es decir, que el médico modifique adecuadamente el tratamiento farmacológico cuando no se alcanza el objetivo terapéutico. Además, respecto al inicio del tratamiento farmacológico, también son muy importantes los tiempos. En un grado 1, nos podemos dar 3 meses de margen antes de introducir medicación, mientras probamos con cambios del estilo de vida. Pero si en esos 3 meses no observamos mejoras, no hemos de esperar más para añadir tratamiento farmacológico. Evidentemente, en grados 2 y 3, la medicación debe introducirse ya al inicio de forma conjunta con los cambios de estilo de vida. Porque está claro que retrasar el inicio de los tratamientos puede provocar complicaciones evitables.
¿Existen síntomas que hagan sospechar de la existencia de la hipertensión?
P.A.
No podemos confiar en síntomas, porque el 90% de las hipertensiones son asintomáticas. A partir de grados elevados, puede provocar dolores de cabeza, mareos, pero no son síntomas específicos y, por tanto, tampoco van a ser significativos. Nos equivocamos cuando sólo medimos la presión arterial porque nos encontramos mal. Lo que tenemos que hacer es medirla de manera sistemática: en un hipertenso ya diagnosticado, puede ser una vez a la semana o cada 15 días; en personas no hipertensas pero con tendencia a tenerla un poco alta, cada dos o tres meses, y en personas con cifras inferiores a 120 y 80, puede ser suficiente una vez al año. Eso sí, bien medida, con aparatos validados, con su brazalete, bomba de aire, estetoscopio e indicador de medición. Se venden muchos sin brazalete, y no son precisos ni fiables.
¿Las farmacias son un lugar adecuado para hacerse la medición?
P.A.
En algunas zonas de España, hay muchas farmacias que han pasado una validación. No todas, pero muchas, sí. La idea sería ir ampliando las farmacias validadas y que este pueda ser un punto de referencia de fácil acceso. Pero a algunos pacientes hipertensos les recomendamos que se compren un aparato validado y que se controlen cada semana en casa o cada 15 días, según las indicaciones de su médico o enfermera.
¿Le gustaría añadir alguna consideración más para concluir?
P.A.
Para finalizar, quiero resaltar que es fundamental hacer un abordaje multidisciplinar de todos los factores de riesgo vascular, y no solo de la hipertensión arterial, para poder prevenir adecuadamente las complicaciones vasculares. Los
Estándares 2024 de la SEA
son un excelente documento para facilitar el manejo global de todos los factores de riesgo, en línea con el Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Vascular (CEIPV), organismo que agrupa a 15 sociedades científicas, entre ellas la SEA, y que cuenta con el apoyo del Instituto de Salud Carlos III y del Ministerio de Sanidad.