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¿Podría el consumo de fructosa en la gestación afectar a la salud metabólica de tus nietos?

Dr. Carlos Bocos de Prada

Facultad de Farmacia, Universidad San Pablo-CEU,

Boadilla del Monte (Madrid)

Introducción

Durante la gestación, la salud de la madre es fundamental para el correcto desarrollo de la descendencia. Numerosos estudios han mostrado cómo una incorrecta nutrición durante el embarazo, al igual que la presencia de enfermedades como la obesidad o la diabetes, pueden provocar alteraciones cardiovasculares y metabólicas en la descendencia. El mecanismo a través del cual se producen estos efectos se conoce como programación fetal. En este proceso, la placenta desempeña un papel fundamental, porque controla la correcta llegada de nutrientes y protege al feto asegurando su correcto desarrollo. Tanto la desnutrición como la sobrenutrición materna pueden provocar alteraciones en la descendencia adulta que afecten a la respuesta hormonal, a su metabolismo, al estrés oxidativo e, incluso, que generen modificaciones epigenéticas.


La fructosa en forma de sirope de maíz rico en fructosa se ha utilizado como azúcar añadido en bebidas azucaradas y comida procesada debido a sus ventajas de manipulación derivadas de su estado líquido, su mayor estabilidad en medio ácido y un precio inferior a la sacarosa. En EE.UU. ha llegado incluso a sustituir a la sacarosa como principal azúcar añadido. El elevado consumo de fructosa se ha relacionado con el aumento en la incidencia de obesidad, síndrome metabólico, hígado graso no alcohólico y resistencia a la insulina. Nosotros y otros autores hemos demostrado en animales de experimentación que el consumo de fructosa durante la gestación conduce a alteraciones metabólicas en la descendencia, tanto de joven como ya de adulta. A pesar de todo esto, el consumo de bebidas azucaradas no está contraindicado durante la gestación.


Previamente, nuestro grupo de investigación ha descrito cómo el consumo de fructosa durante la gestación genera dislipemia, acumulación hepática de triglicéridos y una disminuida respuesta a leptina en las gestantes, junto con una alterada respuesta a leptina y esteatosis hepática en los fetos. Además, observamos que el consumo materno de fructosa provocaba en la descendencia macho adulta una alterada respuesta a la insulina y bajos niveles de adiponectina en sangre (una molécula-señal que sensibiliza los tejidos a la acción de la insulina). Sorprendentemente, la descendencia hembra procedente de estas mismas madres que habían consumido fructosa durante la gestación no presentaba ninguna de estas alteraciones metabólicas encontradas en la progenie macho. A pesar de esto, sospechábamos que estas descendientes hembras realmente sí que poseían algún fenotipo patológico, pero que permanecía escondido a la espera de las condiciones necesarias que lo hicieran aparecer. De hecho, cuando esas hembras descendientes de madres-fructosa fueron suplementadas con fructosa en la edad adulta (es decir, experimentaron una reexposición a fructosa en la edad adulta), presentaron una clara dislipemia y esteatosis hepática, en comparación con las descendientes de madres control o de las madres que en vez de fructosa habían consumido glucosa durante la gestación.


Objetivos

Teniendo en cuenta los antecedentes descritos previamente y considerando que la gestación es un periodo en el cual se producen cambios muy importantes en el metabolismo lipídico y glucídico y en la respuesta a la insulina, nos planteamos los siguientes interrogantes: ¿sería posible que la gestación por si misma fuera capaz de mostrar el fenotipo desfavorable programado que hemos comprobado que existe en las hijas de madres que consumieron fructosa durante la gestación? ¿qué ocurriría si unimos la reexposición a fructosa, que ya sabemos que provoca la aparición del fenotipo, con la propia gestación de las descendientes? Y, finalmente, ¿alguna de estas dos situaciones llegaría a afectar también a sus fetos?

Materiales y métodos

Para desarrollar los objetivos planteados, usamos ratas gestantes que se separaron en dos grupos: uno control (que tomaba agua sin aditivo) y un grupo fructosa (que consumía agua suplementada con un 10% de fructosa o fructosa líquida) durante toda la gestación (generación F0). Después del nacimiento, tanto las madres como sus crías se mantuvieron con una dieta sólida estándar y agua sin aditivos.


Posteriormente, la descendencia hembra (generación F1) de dichas madres control y madres-fructosa se cruzó con machos controles. Las ratas gestantes descendientes de madres control se mantuvieron con comida sólida estándar y agua sin aditivo durante toda la gestación y se consideró como el grupo control (CC). Por otro lado, las gestantes procedentes de madres- fructosa se separaron en dos grupos: un grupo recibió dieta estándar y agua sin aditivo (grupo FC) y el otro consumió dieta estándar y fructosa líquida (grupo FF) durante toda la gestación. Al finalizar la gestación se estudiaron las ratas gestantes junto con sus fetos.

Conclusiones

En el presente estudio hemos podido confirmar que el consumo de fructosa durante la gestación genera un fenotipo programado en la descendencia que está inicialmente escondido, pero que se vuelve evidente cuando estas descendientes quedan preñadas, demostrando que la gestación es suficiente para revelar tal fenotipo patológico programado. De hecho, la propia gestación produce efectos nocivos en las hijas de madres que tomaron fructosa, los cuales consisten en alteraciones de la señal de leptina y de insulina y la acumulación hepática de lípidos o hígado graso. Por tanto, el consumo de fructosa durante la gestación produce algún tipo de programación fetal (como ya sabíamos) que afecta la salud metabólica de la descendencia que provoca que dicha descendencia desarrolle una gestación anómala. Es más, sus fetos (futura F2) presentaron los mismos efectos negativos en su metabolismo y en la respuesta hormonal que los encontrados en sus madres, además de una mayor peroxidación lipídica.

Comentario

La relevancia del presente trabajo reside en el hecho de que, según la bibliografía revisada, esta es la primera vez que un estudio intergeneracional evalúa el efecto del consumo de fructosa líquida durante la gestación. Este estudio, junto con estudios previos de nuestro grupo de investigación, confirma que el fenotipo patológico programado por la ingesta de fructosa líquida durante la gestación puede ser revelado en la descendencia adulta tanto mediante una reexposición a la fructosa como, simplemente, mediante la gestación. Los efectos encontrados en las gestantes descendientes de madres-fructosa (FC) llegaron a ser tan severos, que la administración de fructosa a las descendientes gestantes en el grupo que se estudió en paralelo (FF) no produjo apenas efectos diferentes en comparación con el grupo FC. Estos resultados confirman el papel fundamental de la nutrición materna durante la gestación y su clara relación entre la dieta materna y el desarrollo de enfermedades metabólicas en la descendencia. En futuros estudios, sería importante confirmar si estos efectos perjudiciales que también encontramos en los fetos se mantienen cuando llegan a la edad adulta.

Referencia bibliográfica:

Fauste, E.; Panadero, M.I.; Donis, C.; Otero, P.; Bocos, C. Pregnancy Is Enough to Provoke Deleterious Effects in Descendants of Fructose-Fed Mothers and Their Fetuses. Nutrients 2021, 13, 3667. https://doi.org/10.3390/nu13103667


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